HALLOWEEN.
miércoles, 29 de octubre de 2014
lunes, 27 de octubre de 2014
ALTERNATIVAS CRISTIANAS A HALLOWEEN.
Los cristianos debemos no solo desenmascarar el mal sino ser
además luz en las tinieblas. Debemos abogar por el retorno a la verdadera
celebración de la Fiesta de Todos los Santos que comienza en la noche del 31 de
octubre. En la liturgia de esa noche, San Pablo nos enseña que los santos están
con nosotros:
Vosotros, en cambio, os habéis acercado al monte Sión, a la
ciudad de Dios vivo, la Jerusalén celestial, y a miríadas de ángeles, reunión
solemne y asamblea de los primogénitos inscritos en los cielos, y a Dios, juez
universal, y a los espíritus de los justos llegados ya a su consumación-Hebreos
12,22-24
Debemos celebrar gozosamente esta realidad. Se pueden hacer
muchas celebraciones en torno a los santos. Los niños se pueden disfrazar de un
santo favorito y aprenderse su vida, especialmente sus virtudes, con el fin de
imitarlas. Los mayores pueden leer sobre
los santos, tener una fiesta en honor a un santo favorito de la comunidad o de
la familia.
Tradicionalmente en España y en algunas comunidades de Latino
América, solía irse de puerta en puerta cantando, tocando instrumentos
musicales y pidiendo dinero para celebrar misas para las ánimas del
Purgatorio.
La Fiesta de Todos los Santos es una invitación a ser
nosotros también santos. Las vidas maravillosas de los santos nos ayudan a
vivir más perfectamente el Evangelio. Encontramos en ellos grandes amigos que
intercederán desde el cielo por nuestra salvación.
¿QUÉ SE CELEBRA EN LA FIESTA DE TODOS LOS SANTOS?
Sin embargo, para los creyentes es la fiesta de todos los
Santos la que verdaderamente tiene relevancia y refleja la fe en el futuro para
quienes esperan y viven según el Evangelio predicado por Jesús. El respeto a
los restos mortales de quienes murieron en la fe y su recuerdo, se inscribe en
la veneración de quienes han sido "templos del Espíritu Santo".
Como asegura Bruno Forte, profesor de la Facultad teológica
de Nápoles, al contrario de quienes no creen en la dignidad personal y
desvalorizan la vida presente creyendo en futuras reencarnaciones, el cristiano
tiene "una visión en las antípodas" ya que "el valor de la
persona humana es absoluto". Es ajena también al dualismo heredero de
Platón que separa el cuerpo y el alma. "Este dualismo y el consiguiente
desprecio del cuerpo y de la sexualidad no forma parte del Nuevo Testamento
para el que la persona después de la muerte sigue viviendo en tanto en cuanto
es amada por Dios". Dios, añade el teólogo, "no tiene necesidad de
los huesos y de un poco de polvo para hacernos resucitar. Quiero subrayar que
en una época de "pensamiento débil" en la que se mantiene que todo
cae siempre en la nada, es significativo afirmar la dignidad del fragmento que
es cada vida humana y su destino eterno".
La fiesta de Todos los Fieles Difuntos fue instituido por San
Odilón, monje benedictino y quinto Abad de Cluny en Francia el 31 de octubre
del año 998. Al cumplirse el milenario de esta festividad, el Papa Juan Pablo
II recordó que "San Odilón deseó exhortar a sus monjes a rezar de modo
especial por los difuntos. A partir del Abad de Cluny comenzó a extenderse la
costumbre de interceder solemnemente por los difuntos, y llegó a convertirse en
lo que San Odilón llamó la Fiesta de los Muertos, práctica todavía hoy en vigor
en la Iglesia universal".
"Al rezar por los muertos -dice el Santo Padre-, la
Iglesia contempla sobre todo el misterio de la Resurrección de Cristo que por
su Cruz nos obtiene la salvación y la vida eterna. La Iglesia espera en la
salvación eterna de todos sus hijos y de todos los hombres".
Tras subrayar la importancia de las oraciones por los
difuntos, el Pontífice afirma que las "oraciones de intercesión y de
súplica que la Iglesia no cesa de dirigir a Dios tienen un gran valor. El Señor
siempre se conmueve por las súplicas de sus hijos, porque es Dios de vivos. La
Iglesia cree que las almas del purgatorio "son ayudadas por la intercesión
de los fieles, y sobre todo, por el sacrificio propiciatorio del altar",
así como "por la caridad y otras obras de piedad".
En razón a ello, el Papa a los católicos "a rezar con
fervor por los difuntos, por sus familias y por todos nuestros hermanos y
hermanas que han fallecido, para que reciban la remisión de las penas debidas a
sus pecados y escuchen la llamada del Señor".
domingo, 26 de octubre de 2014
SUGERENCIAS PARA LOS PADRES DE FAMILIA EN HALLOWEEN.
¿Cómo darle a los hijos una enseñanza auténtica de la fe
católica en estas fechas? ¿Cómo hacer que se diviertan con un propósito
verdaderamente católico y cristiano? ¿Qué podemos enseñarles a los niños sobre
esta fiesta?
Ante la realidad que inunda nuestro medio y que es promovida
sin medida por el consumismo nos preguntamos ¿qué hacer? ¿Taparnos los ojos
para no ver la realidad? ¿Buscar buenas excusas para justificar su presencia y
no darle mayor importancia a este "juego"? ¿Debemos prohibirles a
nuestros hijos participar en el halloween mientras que sus vecinos y amigos se
"divierten"? ¿Serían capaces los niños de entender todos los peligros
que corren y por qué de nuestra negativa a participar en esto?
La respuesta no es sencilla, sin embargo creemos que sí hay
algunas cosas que podemos hacer:
Lo primero es organizar una catequesis con los niños en los
días anteriores al Halloween, con el objeto de enseñarles el por qué de la
festividad católica de Todos los Santos y los Fieles Difuntos, haciéndoles ver
la importancia de celebrar nuestros Santos, como modelos de la fe, como
verdaderos seguidores de Cristo.
En las catequesis y actividades previas a estas fechas, es
buena idea que nuestros hijos inviten a sus amigos, para que se atenúe el
impacto de rechazo social y sus compañeros entiendan por qué no participan de
la misma forma que todo el mundo.
Debemos explicarles de manera sencilla y clara, pero firme,
lo negativo que hay en el Halloween y la manera en que se festeja. Es necesario
explicarles que Dios quiere que seamos buenos y que no nos identifiquemos ni
con las brujas ni con los monstruos, pues nosotros somos hijos de Dios.
Proponemos a los padres de familia una opción para sus
hijos, pues seguramente los niños querrán salir con sus amigos en la noche del
Halloween: Los niños pueden disfrazarse de ángeles y preparar pequeñas bolsas
con dulces, regalos o tarjetitas con mensajes y pasar de casa en casa, y en
lugar de hacer el "obsequio o truco" o de pedir dulces, regalarlos a
los hogares que visiten y que expliquen que entregan dulces porque la Iglesia
Católica tendrá muy pronto una fiesta muy importante en la que se celebra a
todos aquellos que fueron como nosotros deberíamos ser: los Santos.
Aunque este cambio no será sencillo para los niños, es
necesario vivir congruentemente con nuestra fe, y no permitir que los más
pequeños tomen como algo natural la connotación negativa del halloween. Con
valor y sentido cristiano, los católicos podemos dar a estas fechas, el
significado que tienen en el marco de nuestra fe.
sábado, 25 de octubre de 2014
LOS CATÓLICOS Y HALLOWEEN.
Ante todos estos elementos que componen hoy el Halloween, vale la pena reflexionar y hacerse las siguientes preguntas:
¿Es que, con tal que se diviertan, podemos aceptar que los niños al visitar las casas de los vecinos, exijan dulces a cambio de no hacerles un daño (estropear muros, romper huevos en las puertas, etc.)? Respecto de la conducta de los demás se puede leer el criterio de Nuestro Señor Jesucristo en Lc 6,31.
¿Qué experiencia (moral o religiosa) queda en el niño que para "divertirse" ha usado disfraces de diablos, brujas, muertos, monstruos, vampiros y demás personajes relacionados principalmente con el mal y el ocultismo, sobre todo cuando la televisión y el cine identifican estos disfraces con personajes contrarios a la sana moral, a la fe y a los valores del Evangelio.? Veamos qué dice Nuestro Señor Jesucristo del mal y lo malo en Mt. 7,17. Mt. 6,13. La Palabra de Dios nos habla de esto también en 1ª Pe. 3, 8-12.
¿Cómo podemos justificar como padres de una familia cristiana que nuestros hijos, el día de Halloween hagan daño a las propiedades ajenas? ¿No seríamos totalmente incongruentes con la educación que hemos venido proponiendo en la cual se debe respetar a los demás y que las travesuras o maldades no son buenas? ¿No sería esto aceptar que, por lo menos, una vez al año se puede hacer el mal al prójimo? ¡Qué nos enseña Nuestro Señor Jesucristo sobre el prójimo? Leamos Mt. 22, 37-40
Con los disfraces y la identificación que existe con los personajes del cine ... ¿no estamos promoviendo en la conciencia de los pequeños que el mal y el demonio son solo fantasías, un mundo irreal que nada tiene que ver con nuestras vidas y que por lo tanto no nos afectan? La Palabra de Dios afirma la existencia del diablo, del enemigo de Dios en St. 4,7 1ª Pe 5,18 Ef. 6,11 Lc. 4,2 Lc. 25, 41
Con los disfraces y la identificación que existe con los personajes del cine ... ¿no estamos promoviendo en la conciencia de los pequeños que el mal y el demonio son solo fantasías, un mundo irreal que nada tiene que ver con nuestras vidas y que por lo tanto no nos afectan? La Palabra de Dios afirma la existencia del diablo, del enemigo de Dios en St. 4,7 1ª Pe 5,18 Ef. 6,11 Lc. 4,2 Lc. 25, 41
¿Qué experiencia religiosa o moral queda después de la fiesta del halloween?
¿No es Halloween otra forma de relativismo religioso con la cual vamos permitiendo que nuestra fe y nuestra vida cristianas se vean debilitadas?
¿No es Halloween otra forma de relativismo religioso con la cual vamos permitiendo que nuestra fe y nuestra vida cristianas se vean debilitadas?
Si aceptamos todas estas ideas y las tomamos a la ligera en "aras de la diversión de los niños" ¿Qué diremos a los jóvenes (a quienes durante su infancia les permitimos jugar al Halloween) cuando acudan a los brujos, hechiceros, médiums, y los que leen las cartas y todas esas actividades contrarias a lo que nos enseña la Biblia?
Es que nosotros, como cristianos, mensajeros de la paz, el amor, la justicia, portadores de la luz para el mundo ¿podemos identificarnos con una actividad en donde todos sus elementos hablan de temor, injusticia, miedo y oscuridad? Sobre el tema de la paz podemos leer Fil. 4,9 Gál. 5,22. Ver qué dice Jesús sobre esto en Mt. 5,14 Jn. 8,12
Si somos sinceros con nosotros mismos y buscamos ser fieles a los valores de la Iglesia Católica, llegaremos a la conclusión de que el Halloween no tiene nada que ver con nuestro recuerdo cristiano de los Fieles Difuntos, y que todas sus connotaciones son nocivas y contrarias a los principios elementales de nuestra fe.
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